Los seres humanos pertenecemos al grupo de los seres vivos porque hemos salido a la vida. Ahora, quien escogió vivir; el día, la hora, y el lugar de nacimiento; o quien decidió optar por un sexo o por un color de la piel? No escogimos condición social, riqueza, o carencia, menos aún el poder escoger a nuestra propia madre. Sencillamente salimos a la vida por una decisión ajena.
La vida es para el ser humano un problema, con numerosas y complejas preguntas y respuestas. Entonces: ¿Por qué estudiar? ¿Cuáles metas me propongo? ¿Qué haré de mi profesión? ¿Qué vale la pena ser, hacer o poseer?
Es por esto que a la enseñanza toda su inteligencia, toda su capacidad de trabajo, toda su dedicación y sus dotes pedagógicas y por lo tanto nuestra capacidad de pensar deber ser administrada, desarrollada y aprendida. Somos por naturaleza seres sociales; no podemos vivir sin comunidad. Sin embargo hay seres humanos encerrados en sí mismos, en su egoísmo; otros en su familia; otros en su ciudad; otros en su país. Su situación es mejor, pero su visión vital es todavía limitada.
La vida humana autentica es cosmopolita; no acepta fronteras artificiales; sus dimensiones son cósmicas. No formamos parte solamente de un país; somos ciudadanos del mundo y miembros de la humanidad. Tal actitud cosmopolita supone un compromiso de favorecer todo lo humano y destruir todo lo inhumano, doquiera se encuentre.
Por lo anterior bienvenida la eclosión en los sistemas de información contable y su actividad creadora.
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